"Susurros de la Creación: Un Viaje a Través de Mi Cosmovisión"
En mi pintura, la naturaleza naturada surge de la naturaleza naturante, como si fuera el primer susurro del cosmos, dando forma y vida a lo que antes no tenía nombre. Aquí, la "naturaleza naturante" representa esa fuerza creativa primordial, la esencia invisible y poderosa que impulsa la vida, la energía original que engendra y sostiene el universo. Es el principio activo, el impulso vital que subyace a todas las cosas, la matriz generadora de la existencia misma.
Por otro lado, la "naturaleza naturada" es la manifestación tangible de esa fuerza primordial. Es la realidad concreta que emerge de lo abstracto, el mundo visible que surge de la matriz invisible. En mi obra, esta naturaleza naturada es la expresión del mundo que conocemos y experimentamos: los árboles que se elevan hacia el cielo, los bosques que susurran con el viento, las hojas que caen en un eterno ciclo de renovación, los océanos que reflejan la inmensidad del cielo, y las montañas que se alzan como guardianes silenciosos de la tierra.
La naturaleza naturada, entonces, es el mundo tal como lo percibimos, una realidad construida por el logos, el poder del lenguaje que nombra y da vida a lo que antes no tenía forma ni nombre. Es el resultado visible de un proceso creativo más profundo, una conexión entre lo que está más allá de lo material y lo que podemos percibir con nuestros sentidos.
En este diálogo entre lo naturante y lo naturado, mi pintura se convierte en un puente que nos lleva de lo indescifrable a lo manifiesto, de lo invisible a lo visible. A través de mis pinceladas, intento capturar ese momento de transformación, cuando la energía pura se convierte en forma, cuando el caos se organiza en un cosmos lleno de significado.
Así, adentrarse en mis obras es como sumergirse en el misterio de la creación misma, un viaje hacia el corazón de la naturaleza, donde lo naturante y lo naturado se encuentran y se funden en una danza eterna de creación y renovación.
Enriqueta Ahrensburg